Mucho
se ha dicho que la
Reforma Tributaria disminuirá la gran Desigualdad existente
en el país la que se duplicó entre 2000 y 2012. Esto significa que la Reforma buscaría una
redistribución de los ingresos a favor de los más pobres. Pero ello no ocurrirá,
no solo por la alegría que mostraron los representantes del gran empresariado
(UDI, RN y parte de la DC )
cuando firmaron el protocolo del acuerdo tomado entre cuatro paredes por
personeros del anterior y del actual gobierno, y legitimado luego por el
Senado, sino que también por las siguientes certezas:
Las
empresas seguirán exentas de pago de impuestos ya que lo que “pagan” seguirá
siendo solo un “adelanto” del impuesto a la renta que deben pagar sus dueños al
igual que todos los chilenos. Este es el Sistema Integrado de Impuestos
establecido por la dictadura y la
UDI con la reforma tributaria de 1974, y significa que se
paga impuestos una sola vez (igual que
en el transantiago).
El
mayor mecanismo de evasión tributaria que es el FUT y que inicialmente iba a
desaparecer en 2017, con el protocolo de acuerdo el FUT ya no desaparecerá,
solo cambiará de nombre, se llamará SPI.
Los
ciudadanos seguiremos llevando sobre nuestras espaldas el mayor peso de la carga
tributaria pues pagamos 19% de IVA, un quinto de nuestros salarios lo cual
constituye el 51% del total de los impuestos que recauda el fisco.
Queda
claro que el pacto social con la élite
sigue vigente.
(Datos de página web
Fundación SOL) Ricardo
Saint-Jean C.
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